Micky Adams (Kelsey Grammer), un excéntrico músico de rock, pierde el control de la realidad cuando su sello discográfico busca deshacerse de él y de sus nuevos álbumes «únicos». Con la esperanza de escapar de la sala de correo, el joven Charlie Porter (Jackson White) tiene la tarea de viajar a la extraña casa del músico y obligar a Micky a rescindir su contrato. Micky se da cuenta de que Charlie podría ser la clave para un avance artístico y la improbable amistad de la pareja crece. El vínculo extraño pero poderoso ayuda a ambos a obtener una perspectiva sobre la industria de la música, la vida, el amor … y el espacio entre ellos.