Tras la muerte de Charras, Lino y Julia toman el relevo y forman la nueva unidad de estupefacientes. Decidido a encontrar a los asesinos de su hermano y de su mentor, Lino continúa su cacería...
Un mecánico brillante con un pasado criminal es acusado de asesinato. Ahora, deberá dar con el coche que contiene la única prueba de su inocencia: una bala.